La práctica de canto de salmos en los cultos públicos de las iglesias reformadas
El canto de salmos es una de las formas más antiguas y universales de alabar a Dios en los cultos públicos. Los salmos son himnos inspirados por el Espíritu Santo que expresan las emociones, los pensamientos y las experiencias del pueblo de Dios a lo largo de la historia. Los salmos abarcan una gran variedad de temas, como la confesión, la gratitud, la súplica, la esperanza, la lamentación y la adoración.
La práctica de cantar salmos en los cultos públicos de las iglesias reformadas tiene sus raíces en la Reforma Protestante del siglo XVI. Los reformadores, como Martín Lutero y Juan Calvino, recuperaron el valor de los salmos como parte de la liturgia cristiana y los tradujeron a las lenguas vernáculas (i.e. nativas) para que el pueblo pudiera participar activamente en el canto. Los reformadores también compusieron melodías sencillas y solemnes que se adaptaban al carácter de cada salmo y que facilitaban su memorización y entonación.
El canto de salmos en las iglesias reformadas tiene varios beneficios espirituales y teológicos. En primer lugar, el canto de salmos nos ayuda a conectarnos con la Palabra de Dios y a meditar en sus verdades. Los salmos son una forma de oración que nos enseña a comunicarnos con Dios en todas las circunstancias de la vida. En segundo lugar, el canto de salmos nos ayuda a unirnos como cuerpo de Cristo y a edificarnos mutuamente. Los salmos reflejan la diversidad y la unidad de la iglesia, que comparte una misma fe y una misma esperanza. En tercer lugar, el canto de salmos nos ayuda a glorificar a Dios y a dar testimonio de su gracia. Los salmos son una respuesta a la revelación de Dios y una proclamación de sus obras maravillosas.
El canto de salmos es una práctica que debemos mantener y cultivar en nuestros cultos públicos. Los salmos son un tesoro espiritual que nos ha sido legado por la tradición reformada y que nos enriquece como cristianos. Los salmos son una forma de adorar a Dios en espíritu y en verdad.
Y lo más importante es que Dios mismo lo ha dado como mandamiento:
'Y no se emborrachen, pues el vino conduce al libertinaje; llénense, más bien, del Espíritu, y entonen entre ustedes salmos, himnos y cánticos inspirados. Canten y toquen para el Señor desde lo hondo del corazón, dando gracias siempre y por todo a Dios Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.' EFESIOS 5:18-20
'Que el mensaje de Cristo los llene con toda su riqueza y sabiduría para que sean maestros y consejeros los unos de los otros, cantando a Dios salmos, himnos y canciones inspiradas con un corazón profundamente agradecido.' COLOSENSES 3:16
Por lo cual, si queremos obedecer a Dios, debemos cantarlos para Su gloria.