La práctica de bautismo de infantes en los cultos públicos de las iglesias reformadas

La práctica de bautismo de infantes en los cultos públicos de las iglesias reformadas

El bautismo de infantes es una práctica que se remonta a los primeros siglos del cristianismo y que consiste en administrar el sacramento del bautismo a los niños hijos de cristianos recién nacidos o de corta edad. Esta práctica es común en las iglesias reformadas, que se basan en la doctrina de la predestinación y el pacto de Dios con su pueblo.

El bautismo de infantes tiene un significado teológico y pastoral para las iglesias reformadas. Desde el punto de vista teológico, el bautismo de infantes expresa la gracia de Dios que actúa antes de que el ser humano pueda responder con fe. También muestra la continuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, ya que el bautismo sustituye a la circuncisión como signo de la pertenencia al pueblo de Dios. Además, el bautismo de infantes reconoce la soberanía de Dios sobre la vida y el destino de sus hijos e hijas.

Desde el punto de vista pastoral, el bautismo de infantes implica una responsabilidad compartida entre los padres, los padrinos y la comunidad eclesial. Los padres se comprometen a educar a sus hijos en la fe cristiana y a integrarlos en la vida de la iglesia. Los padrinos se comprometen a apoyar a los padres y a los niños en su camino espiritual. La comunidad eclesial se compromete a acoger a los niños como miembros del cuerpo de Cristo y a ofrecerles los medios de gracia para su crecimiento en la fe.

El bautismo de infantes se celebra normalmente en los cultos públicos de las iglesias reformadas, como una forma de testimoniar públicamente la fe y la esperanza cristianas. El bautismo se realiza mediante la aspersión o el derramamiento de agua sobre la cabeza del niño o la niña, mientras se pronuncia la fórmula trinitaria: "Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". El bautismo se acompaña de una oración de bendición, una lectura bíblica, una exhortación a los padres y padrinos y el canto de un salmo o himno.

El bautismo de infantes es una práctica que refleja la verdadera intención del Señor Jesucristo cuando dijo 'Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.' S. Mateo 19:14 RV1960. Así como los niños hijos de creyentes del Antiguo Testamento por ser miembros del pueblo santo eran presentados delante de Dios cuando se les aplicaba la circuncisión, de la misma manera en el Nuevo Testamento que es mucho mejor que el Antiguo a los niños hijos de los cristianos se les sigue considerando como miembros del pueblo santo desde su mismo nacimiento, por lo cual, al igual que en el Antiguo Testamento, reciben la señal del pacto, es decir, el sacramento del bautismo. Como bien lo dijo el Apóstol Pablo 'Pues el esposo no creyente queda santificado por su unión con una mujer creyente; y la mujer no creyente queda santificada por su unión con un esposo creyente. De otra manera, los hijos de ustedes serían impuros; pero, de hecho, pertenecen al pueblo santo.' 1 Corintios 7:14 DHH.

Así de fácil se deduce el bautismo de infantes incluso sin que haya mandamiento explícito en el Nuevo Testamento.

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